Y siguiendo con el ‘ciclo de las cremas’ en el que estoy trabajando esta semana, esta vez toca la de berenjena y queso parmesano. Está deliciosa y como el resto de cremas nos aporta mucha hidratación y nutrientes. Aunque tengamos en cuenta que la berenjena es 92% agua, también contiene minerales en pequeñas cantidades como fósforo, calcio, magnesio, hierro, y sobre todo, potasio. Tiene vitaminas A, B1, B2, B3 C y folatos, y por sí sola no tiene casi aporte calórico. No es muy común verla cocinada en crema, estamos más acostumbrados a comerla a la plancha, frita, en pisto o en musaka, pero cocida y combinada con quesos fuertes nos puede dar un resultado muy original.
Ingredientes:
3 berenjenas medianas
1 puerro
1 cebolleta
aceite de oliva
sal y pimienta negra
queso parmesano
150 gramos de crème fraîche
nuez moscada
oliva negra sin hueso (opcional)
Preparación:
– Cortar las berenjenas en dados pequeños y el puerro y la cebolleta a rodajas.
– Saltear todo con un poco de aceite de oliva en una cacerola a fuego medio durante 15-20′.
– Salpimentar todo y dejar reducir un rato removiendo de vez en cuando. – Añadir agua hasta cubrir la verdura y dejar hervir otros 15-20′.
– Añadir la nuez moscada y retirar del fuego. Rayar el queso parmesano.
– Batir todo muy bien y añadir la crème fraîche y el queso parmesano rayado.
– Volver a batir todo hasta que quede bien fino y servir en platos hondos decorando con parmesano rayado o en láminas y unas rodajas de oliva negra deshuesada.
A destacar: Si habéis probado o leído alguna otra receta de mis cremas, podréis ver que a ésta no le he echado patata. Al llevar más contenido calórico con el queso he intentado compensar eliminando el aporte excesivo de hidratos de la patata. De todas maneras, si alguien piensa que al echarla podría tener más cuerpo y no le importan las calorías se la puede echar sin problemas y sin modificar mucho el resultado. En el caso de que el queso parmesano os parezca muy fuerte, lo podéis sustituir por queso ricota o queso crema de cabra, o en su defecto con cualquier queso curado o crema que os guste. He elegido la decoración del plato con olivas negras a parte de por el color, por lo bien que queda la mezcla de sabores. Le da un toque griego muy interesante. Espero que la disfrutéis tanto como yo.

