El perejil se distribuye por todo el mundo es es comúnmente utilizado como condimento. Se conoce su cultivo desde hace más de 300 años, siendo una de las plantas aromáticas más populares de la gastronomía a nivel mundial.

Las hojas de todos los tipos de perejil son ricas en vitaminas A, B1, B2, C y D, siempre que se consuman en crudo, ya que al cocinarlas se eliminan parte de sus componentes vitamínicos.

Normalmente suele cocinarse (mejor hacerlo levemente para que conserve su aroma), aunque también es común comerlo crudo, como por ejemplo en la ensalada de sémola de trigo libanesa más conocida como Taboulé.

Medicinalmente, el perejil se puede consumir en infusión para obtener un efecto diurético. Algunos herboristas recomiendan tomarlo como un té para regular la hipertensión y como tónico para mejorar el rendimiento de la vejiga urinaria. Por el contrario, y como efecto secundario de su consumo, al contener gran cantidad de ácido oxálico, puede proliferar la producción de piedras en el riñón y las aumentar deficiencias nutricionales. No está recomendado en ninguna de sus formas a mujeres embarazadas.