Prometí no volver a subir más cremas hasta nueva orden, pero tenía que gastar los champiñones que me quedaban por miedo a que se echaran a perder. Me reincorporo al trabajo mañana después de un maravilloso mes de vacaciones y no puedo asegurar que me vaya a dar tiempo a procesar diariamente toda esta comida, así que como más vale prevenir que lamentar, y me quedan un par de huecos en el congelador, he hecho esta crema que me servirá para comer hoy y para abastecerme durante las próximas semanas.
Nutricionalmente hablando, aunque aparentemente creamos que los hongos, al estar formados por más del 90% de agua, son alimentos poco nutritivos, no es del todo cierto. Si bien contienen pocas grasas o hidratos de carbono, constituyen un alimento rico en minerales y vitaminas.
Son ricos en potasio, que constituye el contrapunto frente al sodio por lo que ayuda a reducir la retención de líquidos. Además contienen mucho fósforo, que resulta necesario en la formación de los dientes y de los huesos.
Sin embargo, el mineral que más destaca por su elevado contenido es el selenio, que juega un papel muy importante como antioxidante, previniendo la degeneración de las células por parte de los radicales libres. En la actualidad hay estudios activos sobre la importancia de este mineral en la prevención del cáncer.
Los hongos también son ricos en vitaminas del grupo B, especialmente en riboflabina (B2) y niacina (B3), que resultan especialmente interesantes para mantener la salud del cabello frenando su caída. También ayudan a tener unas uñas más fuertes y brillantes y unos huesos más sanos. Igualmente contribuyen a aumentar las defensas y mantener un buen estado de la vista y los nervios.
Vamos, que comer sano, aunque no lo parezca, compensa, y si está rico, pues mucho mejor. Así que… ¡a cuidarse!
Ingredientes:
300 gramos de champiñones frescos
1 cebolla
1 puerro
1 patata
1 pastilla de caldo de verduras
150 gramos de crème fraîche
nuez moscada
aceite de oliva y pimienta negra
Preparación:
– Corta la patata en dados, y la cebolla y el puerro en tiras finitas.
– Lava y lamina todos los champiñones.
– Rehoga todo lo anterior ya cortado en una cacerola con un chorro de aceite de oliva.
– Cuando veas que el champiñón se ha consumido a la mitad, añade agua hasta cubrir todas las verduras.
– Ralla y esparce una pastilla de caldo de verduras.
– Deja cocer unos 20′ más.
– Apártalo del fuego y tritura todo con la batidora.
– Sirve la crema en platos hondos con una cucharada de crème fraîche al centro.
A destacar:
Que os puedo decir de este plato que no sepáis… a parte de que sienta genial al cuerpo, es digestivo, diurético y muy saciante. Además bajo en calorías y nutritivo. Como todas las cremas que estoy haciendo, se puede congelar perfectamente. ¡Espero vuestras opiniones!
