Ideal para comer tanto fría como caliente. Combinada con cualquier tipo de base, aunque originalmente en Francia se cocinaba con masa quebrada, a base de harina, mantequilla fría y huevos. De todas maneras, y si no quieres enfangarte mucho en la cocina tienes también la opción de comprar las masas ya hechas. En este caso he optado por la masa brisa ya que me quedaba en el frigo un paquete que quería gastar, aunque insisto, id probando con las demás a ver cual es vuestra combinación definitiva.
Ingredientes:
1 paquete de masa brisa
300 gramos de espinacas frescas
1 ajo
1 chalota o cebolla
2 huevos
150 gramos de crème fraîche
1/2 rulo de queso feta
sal y pimienta negra
nuez moscada
50 gramos de nata
50 gramos de queso parmesano (opcional)
Preparación:
– Precalienta el horno a 200º C.
– Desenrolla la masa y ponla en un molde anti adherente.
– En una sartén pocha el ajo y la chalota bien picadas.
– Añade todas las espinacas (no te asustes si parece que no caben en la sartén, al final, quedaran en nada).
– Salpimenta, ralla media nuez moscada y reserva.
– Echa en un bol queso feta, los huevos y la crème fraîche.
– Bátelo todo bien y mézclalo con el contenido de la sartén. Dale un par de vueltas para que se reparta bien y vértelo todo sobre la masa brisa.
– Opcionalmente puedes cubrirlo todo con queso parmesano rallado para que gratine mejor.
– Hornéalo todo durante unos 20-30′, o hasta que veas que el huevo se ha cuajado y se empieza a tostar la superficie.

