Este es un plato de fondo de armario, vamos un básico que siempre viene bien tener a mano como complemento para otras recetas o simplemente para calentarnos un poco en invierno. Muy nutritivo y recomendable en estado de resfriados, gripes y demás procesos víricos. Después de probar este caldo no volverás a comprar caldos en brick ni en polvos, y es que más sano y mas combinable no puede ser. Admite cualquier tipo de fideos, escalfarle un huevo, echarle un buen puñado de picatostes o taquitos de jamón… en fin, lo que se te ocurra.
Ingredientes:
1 pollo sin vísceras
2 nabos
3 zanahorias
1 puerro
1 cebolla
3 ramas de apio verde
1 hoja de laurel
pimienta negra en grano
sal
perejil
2 dientes de ajo pelados
1 pastilla de caldo de verduras
150 gramos de morcillo de ternera
Preparación:
– Pon a hervir 3 litros de agua en una olla grande.
– Echa el pollo troceado.
– Limpia, pela y corta las verduras y añádelas a la olla.
– Añade el resto de los ingredientes y déjalo cocer unos 90′.
– Cuando esté listo déjalo enfriar para poder desgrasarlo mejor. Ayúdate de un cucharón o rasera.
– Cuela y sírvelo en un cuenco acompañado por unas hebras de azafrán (opcional) y una rama de perejil
A destacar:
Yo siempre intento tener varias raciones de caldo de pollo casero congelado, al igual que de pescado o de verduras. Acortará el tiempo de preparación de tus otras recetas. También aprovecho el pollo y las verduras cocidas para hacer croquetas o albóndigas. ¡Aquí no se tira ná! 🙂



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