Esta receta originalmente iba a ser de croquetas de cocido, pero se me ha ido la pinza en la cocina y he empezado a desvariar con el ¿..y si le echara…? ¿…que tal quedaría…? En fin… lo de siempre.

Me quedó tanta carne haciendo el caldo de pollo casero, si le hubiera hecho una bechamel proporcionada a la cantidad, hubiera estado un día entero formando las croquetas. Así que he probado a ligar el relleno sin aditivos para hacer unas maxi-croquetas sin lactosa. Probaré la versión genuina y completa (la que hace mi madre) la próxima vez.

En contra de lo que podáis pensar… no están secas para nada por no llevar crema, están deliciosas, y como resultan  mucho menos empachosas (por llevar prácticamente solo carne) se pueden acompañar sin problemas de cualquier salsa que tengáis por casa. En este caso he usado un curry de mango que me quedaba en el frigo de otra receta.

He hecho una tanda frita y otra horneada para ver resultados. Podéis probar como queráis para darle un grado mayor o menor de aporte calórico. Las dos versiones están muy bien y quedan genial como aperitivo. Guten Appetit!

 

Ingredientes:

(croqueta)

500 gramos de restos de caldo de pollo sin huesos

3 huevos

200 gramos de pan rallado

200 gramos de harina

aceite de oliva

(salsa curry de mango)

2 cebolletas picadas

1 mango maduro pelado y troceado

1 cucharada de curry en polvo o garam masala

1 cucharada de azúcar

50 ml. de nata vegetal

aceite de oliva

agua

 

Preparación:

– Pica y deshuesa toda la carne que tengas sobrante del cocido o de caldo de pollo. En mi caso he dejado los nabos y he quitado todo lo verde (apio, perejil…).

– Bate los huevos en un bol.

– Prepara también otro par de platos o boles con harina en uno y pan rallado en otro.

– Forma la croqueta ayudándote de un par de cucharas, y reboza con la harina, el huevo y el pan rallado, en ese orden.

– Calienta abundante de aceite de girasol en una sartén grande y fríelas. Reserva.

– En otra sartén echa las cebolletas picadas con un poco de aceite de oliva.

– Añade el curry en polvo o garam masala cuando estén bien pochas.

– Incorpora también el mango y el azúcar.

– Cubre con agua para que cueza bien, añadiendo más si fuera necesario.

– Cuando veas que se ha convertido en una especie de confitura, añade la nata y mantén a fuego medio durante unos 10′.

– Tritura todo muy bien y sirve la salsa templada.

A destacar: 

Puedes aprovechar esta salsa para cualquier otro aperitivo, sandwich o canapé. Yo en mi caso lo guardo en un biberón flexible para que sea más cómodo, pero si no te convence la preparación, también puedes optar por comprar la salsa que se comercializa.

Si te salen muchas croquetas, puedes congelar en tandas sin freír, y probar con otras salsas que tengas por el congelador. Son perfectamente combinables con cualquier cosa.