Aquí tenéis un plato caliente super energético capaz de levantar a un muerto. No es una receta que haya probado nunca en casa de mis padres, la he comido siempre en restaurantes, y  siempre he querido conseguir la receta. Así que ayer me puse a investigar por ahí para sacar una receta digna de mi delicado paladar xD, y esto fue lo que obtuve de dicha búsqueda.

Ingredientes:

4 rebanadas de pan de hogaza

4 huevos

150 gramos de jamón serrano

1 esqueleto de pollo o pavo

1 puerro

1 zanahoria

6 dientes de ajo

3 litros de agua

vinagre

aceite de oliva

2 cucharadas de pimentón

perejil

1 chorizo

Preparación:

– Cocer el pollo, el puerro y la zanahoria en una olla con 3 litros de agua durante 60′. También podemos usar cualquier caldo de pollo casero que hubiéramos cocinado previamente.

– Mientras se hace, colocar las rebanadas de pan en una bandeja del horno y tostar por ambos lados.

– Colar el caldo y reservar.

– En una cacerola con un chorro de aceite de oliva, sofreír los ajos, el jamón y el chorizo.

– Echar también las rebanadas de pan al sofrito partiéndolas un poco con las manos.

– Añadir las 2 cucharadas de pimentón (dulce o picante al gusto) y a continuación, echar el caldo de pollo.

– Salpimenta cuando haya cocido un poco para no pasarte, ten en cuenta que el chorizo y el jamón salan bastante.

– Déjalo cociendo durante 30-40′. Remueve con las varillas para ir soltando bien los trozos de pan.

– En un cazo a parte echa agua y un chorro de vinagre. Escalfa los huevos y resérvalos para servirlos en platos individuales.

– Si no te gustan los tropezones le puedes dar un golpe de batidora para que se quede todo más homogéneo.

– Sírvelo todo en cuencos o recipientes de barro cocido con un huevo en cada uno decorando con perejil picado.

A destacar:

De estas cantidades me han salido 4 raciones muy generosas. Si te sobra puedes congelarlo sin problemas. Evita hacerlo con el huevo dentro, preferible escaldarlo cuando descongeles en un futuro.